Y mientras su cuerpo dormía, su alma brincaba de nube en nube buscando tesoros en cada arcoiris que encontraba a su paso.
Sentía como la brisa despeinaba su pelo cuando volaba a cielo abierto, los colores eran mas vivos y brillantes que los que acostumbraba ver. Se sentía mas viva, como nunca se había sentido en la realidad.
Y lo encontró, el arcoiris más grande, inmenso, como jamás imaginó. Corrió al extremo en busca de aquel baúl que vigilan los duendes...pero se despertó.
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