domingo, 5 de febrero de 2012

Amar es una decisión

En algún lado en internet leí esta historia y quise compartirla.


Un esposo fue a visitar a un sabio consejero y le dijo que ya no
quería a su esposa y que pensaba separarse. El sabio lo escuchó, lo
miró a los ojos y solamente le dijo una palabra: "¡Ámala!"... luego
guardó silencio.

- "Pero es que ya no siento nada por ella".
- "¡Ámala!", repuso el sabio.

Y ante el desconcierto del señor, después de un oportuno silencio,
el viejo sabio agregó lo siguiente:
- "Amar es una decisión, no un sentimiento; amar es dedicación y
entrega; amar es un verbo y el fruto de esa acción es el amor. El
Amor es un ejercicio de jardinería: arranque lo que hace daño,
prepare el terreno, siembre, sea paciente, riegue y cuide. Esté
preparado porque habrá plagas, sequías o excesos de lluvias, mas no
por eso abandone su jardín. Ame a su pareja, es decir, acéptela,
valórela, respétela, dele afecto y ternura, admírela y compréndala.
Eso es todo... ¡Ámela!".

Por eso la vida sin amor a Dios, ni a ti mismo, ni a tus padres, ni
a tu pareja, ni a tus amigos, ni a lo que te rodea podría tener
estos efectos...

La inteligencia sin amor te hace perverso.
La justicia sin amor te hace hipócrita.
El éxito sin amor te hace arrogante.
La riqueza sin amor te hace avaro.
La docilidad sin amor te hace servil.
La pobreza sin amor te hace orgulloso.
La belleza sin amor te hace ridículo.
La verdad sin amor te hace hiriente.
La autoridad sin amor te hace tirano.
El trabajo sin amor te hace esclavo.
La sencillez sin amor te envilece.
La oración sin amor te hace introvertido.
La ley sin amor te esclaviza.
La política sin amor te hace ególatra.
La fe sin amor te hace fanático.
La cruz sin amor se convierte en tortura.
La vida sin amor no tiene sentido...

No hay comentarios: